SCHUKO® es la abreviatura de «contacto de protección» y hace referencia a un sistema de enchufe muy utilizado en Alemania y muchos otros países europeos. Este sistema garantiza una conexión segura y fiable de los aparatos eléctricos gracias al contacto de puesta a tierra que le da nombre. La característica especial de las clavijas y tomas SCHUKO® es su toma de tierra: Las clavijas de contacto de la clavija están diseñadas de tal forma que establecen una conexión a tierra antes que los contactos con corriente. Esto garantiza la máxima protección contra descargas eléctricas.
El símbolo del martillo en las bases de enchufe y clavijas SCHUKO® significa «resistente a golpes» o «resistente a impactos». Este símbolo indica que el producto correspondiente es especialmente resistente a los impactos mecánicos. Los productos con este símbolo son ideales para su uso en entornos difíciles en los que cabe esperar un mayor esfuerzo, como talleres, garajes u obras de construcción. La resistencia a los impactos se garantiza mediante materiales especiales y una construcción reforzada, lo que hace que el producto sea más duradero y seguro.
Nuestras bases de enchufe incorporadas SCHUKO® con símbolo de martillo también se suministran con collarín de estanqueidad de la brida de elastómero termoplástico (TPE) para equipos móviles, imperdibles gracias a la tecnología de dos componentes y opcionalmente con bornes roscados o enchufables. Con la tapa abatible cerrada, estos tomacorrientes cumplen el tipo de protección IP 54 en cualquier posición. Las soluciones son seguras contra contactos de los dedos y el dorso de la mano según la norma DIN EN/IEC 60529, también se suministran con medida de la brida de 75 x 75 mm para conductos de cables y cajas UP – y, si lo desea, puede reequipar fácilmente los tomacorrientes SCHUKO® utilizados hasta ahora y convertirlos en estos tomacorrientes.
En las instalaciones eléctricas se distingue entre conductores rígidos y flexibles. Nuestras soluciones de productos SCHUKO® pueden utilizarse tanto con conductores flexibles como con sólidos, que deben recibir un tratamiento previo diferente en función de la aplicación. Ambas variantes tienen áreas de aplicación y propiedades específicas:
Los conductores rígidos están formados por un solo hilo y suelen utilizarse para cables instalados de forma permanente, por ejemplo, en paredes y techos. Son más fáciles de trabajar y ofrecen una gran estabilidad mecánica. Gracias a su construcción, son menos susceptibles de romperse y garantizan una conexión eléctrica fiable. Sin embargo, al ser poco flexibles, son difíciles de colocar en espacios de instalación reducidos.
Los conductores flexibles están formados por muchos hilos individuales finos que se combinan en un solo filamento. Por eso son más móviles y se utilizan cuando se requiere flexibilidad, por ejemplo, en cables de conexión de aparatos, en cables alargadores o en zonas con movimientos frecuentes. Su flexibilidad los hace ideales para su uso en espacios reducidos, pero también requieren métodos especiales de procesamiento para garantizar una conexión segura.